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Gracias, Abdula

Andrey Manchuk
Gracias, Abdula
“La carga humanitaria para el Dombass fue recogida por los habitantes de varias ciudades grandes de Egipto, de esta manera muchos egipcios agradecieron al país donde ellos estudiaron en los tiempos soviéticos”

24.10.2014

Yo conocí a Angélica Sporan en el Cairo, en el verano de 2013, cuando en esta ciudad se desarrollaban fuertes confrontaciones entre destacamentos de "Hermanos musulmanes" y sus enemigos apoyados por unidades del ejército Egipcio. En esos días en la ciudad mas grande del mundo árabe diariamente perecían decenas y a veces centenares de personas. En las calles importantes se levantaban barricadas, las arterias las controlaban puestos militares, el transporte público no funcionaba y desplazarse por la ciudad se hacía fundamentalmente a pie.

Angélica, odessita de nacimiento, ex-profesora de historia, vivía en Gize, donde se encontraba uno de los centros contestatarios - la Universidad del Cairo. Su hijo Edgar trabajaba de enfermero en una ambulancia y recogía heridos de bala o de arma blanca de los enfrentamientos en las barricadas. Precisamente él me llevó por primera vez a la plaza Tahrir, la cual defendían de los ataques de los "Hermanos musulmanes" los habitantes del campamento de tiendas de campaña y un batallón de tanques. Por las tardes comentábamos estos acontecimientos en la casa de Angélica, gracias a ella conocí los trabajos de egiptólogos soviéticos y conocí mucho acerca de las contradicciones sociales y políticos de la sociedad egipcia. Recordando nuestra patria, hablábamos entonces que la paz era, tal vez,  la única cosa buena que le quedaba a  Ucrania, después del saqueo por las reformas privatizadoras.

Pasó menos de un año y esta paz se perdió. En Ucrania comenzó la guerra civil, la cual velozmente adquirió formas atroces y sangrientas, incluso usando los estándares de Oriente Próximo. Porque el mismo ejercito egipcio no se atrevió a dar el paso de usar aviación y técnica pesada para la destrucción de los distritos "Islamistas" de el Cairo .  

Los "consumistas" ucranianos, que por lo general miraban  fríamente y sin lástima a las víctimas de las luchas de los países árabes, con frecuencia acompañando su indiferencia con comentarios racistas, de repente le mostraron al mundo tal grado de crueldad y odio - quemando a la gente en la Casa Sindical de Odessa o bombardeando con cohetes y aviación ciudades enteras - que han dejado en auténtico shoc a muchos habitantes del Oriente Próximo. Pues ellos recuerdan a una Ucrania completamente diferente, un país pacífico con gente bien intencionada y hospitalaria, que era un ejemplo en los tiempos soviéticos para muchos egipcios que estudiaban o trabajaban aquí.

En cuanto hablé en ruso en Tahrir, al poco tiempo me presentaron al doctor Ibrahim Husi, quién en su juventud hizo capacitación en Zaporojzie, donde fue realizado un original modelo experimental de la gigantesca represa de Asuan en el Nilo, construida con la ayuda de los especialistas soviéticos. Ahora en Ucrania cayó en el olvido ese monumento de la época, y el doctor Ibrahim, que me contó que su amigo le puso el nombre de Vladimir a su primer hijo "en memoria de Lenin", seguro no podría hoy encontrar comprensión en nuestro país.

Angélica, que sufría enormemente los acontecimientos trágicos de mayo en su ciudad natal, al iniciar la guerra en el Dombass comenzó a organizar un cargamento de ayuda humanitaria para los habitantes del arrasado Este. Mientras que los ucranianos de forma obligatorio-voluntaria ayudan a financiar a un ejército que mata gente, con lo cual los sinvergüenzas y ladrones están haciendo una carrera política y buenas fortunas, ella como principio decidió destinar su ayuda a los habitantes de la región golpeada por la guerra.

Esta mujer tan lejana de la política,de los negocios y del poder, supo organizar la recogida de lo más necesario para los habitantes de las sufridas ciudades - ropa, calzados, ropa de cama, medicamentos, carritos de bebes, conservas, granos, harina, azúcar, té, café, comida infantil, productos de higiene. Ella supo romper todos los obstáculos burocráticos para hacer llegar la carga a Rostov, contando sólo con sus propios medio. Y ella misma llevó la carga humanitaria a los poblados mineros, justo el día que se reanudaron los bombardeos de los barrios habitados de Donetsk y estalló el cohete "Tochka-U" en los depósitos de la fábrica química, lanzado para el asesinato e intimidación de los habitantes.

Parte de los medicamentos fue distribuidas para los pacientes oncológicos en las clínicas de la región. La mayor parte de la ayuda fue distribuida entre las madres de Snejzniy, donde la situación es especialmente difícil. Según Angélica, allá hay déficit de fórmulas infantiles y las madres se ven obligadas a alimentar a los niños lactantes con maicena. Así mismo también hizo llegar ayuda humanitaria a Ilovaisk y Gorlovka y otros puntos de la región. Entre los que recibieron ayuda se encuentra una mujer con heridas de metralla en su columna vertebral y la gente que perdió sus casas, como consecuencia de los bombardeos del ejército ucraniano. En estos momentos Angélica está tratando de organizar un viaje de vacaciones a Egipto para los niños, víctimas de la guerra - "pues, aquí ellos no tuvieron verano".

La carga humanitaria para el Dombass fue recogida por los habitantes de varias ciudades grandes de Egipto, de esta manera muchos egipcios agradecieron al país donde ellos estudiaron en los tiempos soviéticos. Mientras que algunos oriundos de Ucrania en ocasiones se negaban a ayudar por politiquería y complejos nacionalistas, los locales en cuanto se enteraron de la campaña, enseguida se dirigían a las tiendas y compraban los productos necesarios. "Hemos pasado la mitad del camino, partiendo de la idea utópica de ayudar, obtención de numerosos permisos de ambos países, hasta la recogida de la carga que fue superior a una tonelada. Gracias, que el dolor de la gente desconocida, nosotros lo asumimos como propio.

Gracias a Sharm- el- Seyh, Alejandria, Cairo y Hurgada. Gracias a los niños de la escuela que enseña la lengua rusa, yo llevaré sus palomas de papel y sus cartas, que es imposible leer sin lagrimas. Gracias a los maestros que nos apoyaron en este trabajo, gracias por enseñar hacer el bien. Perdonen que no es posible llevar mas de 800 kg. en cada viaje de avión, este es tan sólo un vuelo-charter, y he tomado la decisión por ustedes de donar parte de la carga a la Cruz Roja de Hurgada, pues esta tierra nos acogió y debemos tener con ella una actitud de misericordia. Muchísimas gracias a mi padre de 70 años, que empacó los 800 kg,, a la niña Irina cuyo apellido me olvidé averiguar, a Mojamet Refat de la asociación "Vostok" (Oriente), a todos. Sin ustedes yo no hubiera podido lograrlo"-  escribió sobre esto Angélica Sporan.

Aquí tenemos una de las cartas que venían con la carga de ayuda, escrita por los estudiantes egipcios, que conocen muy bien lo que es una guerra civil, para sus compañeros de Lugansk y Donetsk. Para esto, en una escuela del Cairo se organizó "una clase para la paz" dedicada a la guerra civil ucraniana.

"¡Buenos días; mi querido amigo!. Mi nombre es Abdula. Vivo en Egipto, pero sé muy bien lo que ocurre en vuestro Donetsk: hambre, frío, sufrimiento, falta agua y luz, y la guerra. Con frecuencia oigo y veo lo que ocurre en vuestra tierra y me acuerdo de ti. Deseo con fuerza que todo este derramamiento de sangre termine, pero me da mucha pena que no puedo ayudar con nada. Lo único que puedo hacer, es apoyar".

Leyendo esto, recordé como mis parientes y amigos me narraban "la clase sobre la unidad de Ucrania" que se dio el 1 de septiembre por orden del derechista Ministerio de Educación. En las escuelas de Kiev ese día se realizaban dibujos militaristas con "valientes" soldados disparándoles desde tanques a los enemigos de la nación, o escribiendo al dictado de los maestros cartas al frente, con llamados de luchar con los "separatistas". Seguro, que estas cartas leyeron aquellos, que una vez más  disparaban hoy sobre Donetsk, destruyendo varias escuelas.

A mi me parece, que si las cartas, parecidas a la que escribió Abdula, llegasen al Dombass no desde el Cairo, Port-Said y Hurgada, sino del Lvov, Lutsk, Kiev, e Ivano-Frankovsk (donde a los niños ahora les enseñan a guerrear y a tomar parte activa en acciones militaristas y chovinistas bajo la consigna "¡Jesusito, mata al ruso!"), la guerra ni siquiera habría empesado. Por eso debemos apreciar de manera muy especial la solidaridad de la gente de un país lejano, que entrega a las víctimas del conflicto todo lo que ellos tienen - su apoyo.

Gracias, Angélica. Gracias, Abdula.

Andrey Manchuk

Liva

Traducción: Lidia Timchenko


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